Silvia, Óscar, Vane, David y todo el equipo de Yayote.
Soñadores empedernidos que persistimos inquebrantablemente en la misión de acercar a las personas hábitos de cuidado, bienestar y salud, a través de productos naturales únicos y de alta calidad.
¿Y la historia de amor?
Empezó hace más de 40 años. Silvia trabajaba en una droguería de Medellín, La Balvanera; allí llegaba Óscar como visitador a ofrecer sus productos. A él ¡le encantaba Silvia!, pero no pasaba nada… hasta que un día ella abrió su maletín y comenzó a mirar las muestras que llevaba. Se despidieron con un beso robado y comenzó la historia.
Se enamoraron para siempre y criaron a su familia en el entorno de las droguerías. Desde entonces, han trabajado juntos por el cuidado de las personas: inicialmente desde el conocimiento de los medicamentos químicos, luego en el cuidado de la belleza, más tarde en la fitoterapia y, finalmente, creando productos naturales sin efectos secundarios ni contraindicaciones, pero con una incidencia profunda en la calidad de vida. Así, llevan décadas motivando a la gente con su conocimiento, su amor y su ejemplo a conservar un estilo de vida saludable.
Pasó el tiempo y, un día Vane, la hija de Silvia y Óscar, y yo, nos enamoramos perdidamente. Nos casamos y desde entonces, trabajamos juntos como socios, amigos, confidentes… todo.
Estamos orgullosos de ser dos generaciones trabajando unidas para ver materializado lo que antes fue un sueño: Yayote, la síntesis del amor.